«El talento es como la sal de mesa, está en todas partes. Lo que diferencia a la gente que triunfa de la que no lo hace es la perseverancia«. – Stephen King.

Qué gran frase, mecagoenmivida.

Algún día me la tatuaré, ya que es el gran «secreto» de la gente que arrasa con lo que se propone.

Nadie podrá hacer nada por ti.

Nadie podrá sacarse ese examen, esa oposición, por ti.

Y para ello necesitas de este ingrediente.

Necesitas la perseverancia.

Debes hacer aquello que te asegura llegar a tu objetivo una y otra y otra y otra y otra vez.

Cada día, sin excepción.

Igual que no hay días de descanso ni de vacaciones para respirar, no hay días de vacaciones ni de descanso para seguir mejorando de cara a tus exámenes.

Y no, no estoy diciendo que te pegues 12 horas todos los días.

No se trata de eso.

Se trata de elegir todos los días, entre el abanico de opciones que te da la vida, la que te haga avanzar hacia tu meta y no dar pasos de cangrejo.

Pero, obviamente, para hacer esto necesitas un buen plan.

Un plan de ataque.

Un plan de repasos para memorizar todos tus temas.

Un plan para recordar esos temas cuando tengas el examen delante de tus narices.

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