Tu temario es chungo porque tú crees que es chungo (El sesgo que te está jodiendo los estudios)

2 min read

Te voy a volar la cabeza, pero si piensas que lo que estás estudiando es muy chungo, parte de la culpa la tiene que pienses que es muy chungo.

Y antes de que me mandes un paquete bomba, déjame que me explique.

El sesgo de confirmación: La trampa de tu cerebro

Existe una tendencia psicológica que se llama sesgo de confirmación. Y no, no me lo he inventado yo ni lo he visto en TikTok. Es pura psicología y te afecta más de lo que crees.

Tu cerebro es un pelín tramposo. Cuando te auto-convences de que algo es difícil, tu mente empieza a buscar pruebas de que, efectivamente, lo es. Cada vez que no entiendes una línea, cada vez que procrastinas o te agobias, cada "me rindo por hoy" es un "¿Ves? Te lo dije."

Es un círculo vicioso: crees que es difícil, tu cerebro encuentra razones para confirmarlo, y se vuelve más difícil de lo que realmente es.

La narrativa que te está jodiendo

Lo más loco es que esto también funciona al revés.

Cuando empiezas a pensar que puedes con esto, que estás avanzando, que estás pillando el método… tu cerebro también te confirma eso. Se vuelve más fácil y, al final, te rindes menos.

Lo que cambia no es el temario. Lo que cambia es la narrativa que tienes en la cabeza.

Y esa narrativa, te lo digo ya, decide si apruebas o no.

Si crees que estudiar se te da fatal, estudiar se te va a dar fatal. Si crees que puedes mejorar, se abre otra puerta: una donde entiendes más, te agobias menos y ves resultados de verdad.

Cómo romper con el sesgo de confirmación y mejorar tus estudios

Vale, ¿y ahora qué? ¿Cómo dejas de sabotearte?

  1. Cuestiona tus pensamientos. Cada vez que pienses "esto es imposible", pregúntate: "¿Es verdad o solo mi cerebro buscando pruebas de que es imposible?".

  2. Celebra las pequeñas victorias. Cuando entiendas una frase, termines un tema o no procrastines, date un golpe en la espalda. Eso es una prueba de que estás avanzando y tu cerebro lo registrará.

  3. Cambia el lenguaje. En lugar de decir "Soy malo en esto", di "Estoy aprendiendo a mejorar en esto". La diferencia es sutil, pero potente.

  4. Enfócate en el proceso. No te obsesiones con el resultado final. Si tu objetivo es memorizar 5 páginas, el éxito no es memorizarlas, es sentarte y aplicar las técnicas para hacerlo.

El sesgo de confirmación existe, pero no eres un esclavo de él. Con un poco de conciencia, puedes entrenar a tu cerebro para que sea tu mejor aliado en el camino hacia tus metas.

¿Te ha ayudado este enfoque?

Si te ha gustado esta forma de ver el estudio, tengo mucho más que contarte.

📧 Apúntate a mi newsletter diaria. Cada día, directo a tu bandeja de entrada, comparto estrategias de estudio que realmente funcionan, técnicas de memorización que te harán la vida más fácil y claves de mentalidad para que no te hundas en la miseria. Olvídate de teorías raras y rollos motivacionales vacíos. Aquí solo encontrarás lo que necesitas para estudiar mejor y conseguir tus objetivos.

Además, si te apuntas ahora mismo, recibes GRATIS mi masterclass exclusiva que te va a ayudar BASTANTE a estudiar hoy mismo mucho mejor. Miles de estudiantes y opositores ya lo están aplicando. Te espero dentro 😉